viernes, 18 de marzo de 2011

De Eduardo Galeano


Hay un libro de Eduardo Galeano que ya estaba cuando tomé conciencia de la biblioteca de mi casa, una que fue moldeando mi padre durante su juventud y que terminó abandonando lentamente, a cuenta gotas, en sus últimos años; allí encontraba libros tan disimiles como Demian de Hesse o una novela editada por Círculo de Lectores de Laurence Sanders titulada El Soñador. El libro de Galeano es Días y Noches de Amor y de Guerra (1978), y el viaje por el que nos lleva Galeano es triste, edificante y esperanzador, un viaje que trasciende las fronteras de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, con un hilo conductor que esperamos no repetir nunca más: el de las dictaduras en Latinoamérica. 


Del libro de Galeano, dos fragmentos….


INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DEL ARTE
Ceno con Nicole y con Adoum.
Nicole habla de un escultor que ella conoce, hombre de mucho talento y fama. El escultor trabaja en un taller inmenso, rodeado de niños. Todos los niños del barrio son sus amigos.
Un buen día la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El escultor empezó a trabajarlo, subido a una escalera, a golpes de martillo y cincel. Los niños lo miraban hacer.
Entonces los niños partieron, de vacaciones, rumbo a las montañas o el mar.
Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado.
Y uno de los niños, con los ojos muy abiertos, le preguntó:
-Pero... ¿Cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?


PAJAROS PROHIBIDOS
1976, en una cárcel del Uruguay:

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener "ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. la hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
- ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
- Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
- Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

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